Como se forman nuestros preconceptos y nuestra forma de ver la realidad.
Hay muchos factores que nos llevan a una forma de pensar. La cultura, el medio ambiente, la educación. Cada cosa que nos dicen alimentan nuestros preconceptos, en especial cuando no tenemos criterio propio, el problema es que es a partir de esos primeros conceptos, es que armamos la base de nuestra forma de pensar. Si alguien creció en una familia religiosa, esta moral y costumbres lo acompañaran toda la vida, y en base a ello reaccionara. Si creció en un barrio con muy escasos recursos, en donde se promueve la violencia como una forma de sobrevivir, entonces cuando grande de seguro será un criminal. Esto es un destino inevitable, a menos que entre en contacto con otras realidades.
Nadie puede sacar conclusiones en base a algo que no conoce. Seguro que muchos han leído un libro que se llama “padre rico, padre pobre”, en donde el uno lo educaba a ser un conformista y lo llevaba a tomar decisiones equivocadas, y el otro le enseño a pensar en grande, a ser arriesgado. En base a este ejemplo, podemos decir que son las cosas con las que nos educaron las que forman nuestra forma de ver el mundo, y los argumentos en que basamos nuestras decisiones. Son esas decisiones, las que una a una moldean nuestra vida, y dan por resultado las situaciones que estamos viviendo.
Muchos pueden decir que eso también tiene que ver con la personalidad de cada cual, y estoy de acuerdo con ese punto de vista, pero las cosas que aprendemos son las que moldean a la larga nuestro carácter. Si alguien nació en una cultura donde le enseñaron a comer con palillos y a adorar a Buda, no tiene porque salir de la nada comiendo con cubiertos y adorando a Cristo. Esto mismo sucede con muchas creencias que tenemos, y nadie puede tener una mentalidad de triunfador, de enfrentar la vida, de buscarle solución a las cosas, si en algún momento no ha entrado en contacto con este tipo de realidad.
Los paradigmas de la cultura.
Todos concordamos en que existe la evolución y tal vez el único pecado que le podemos cobrar a nuestros antepasados, es su ignorancia, su falta de experiencia, y su corta visión. Nuestros errores son en gran parte el resultado de todos esos paradigmas equivocados, heredados de la cultura. También podemos decir que lo que sufran nuestros descendientes será el resultado de nuestras decisiones. Si enseñamos a nuestros hijos a cuidar el medio ambiente, a enfrentar la vida, a buscarle solución a las cosas, a aportar con buenas ideas a la sociedad, entonces el futuro de nuestros hijos puede llegar a ser prometedor, mientras que si le enseñamos, a defender ciertas ideas a través de las armas, a odiar ciertos puntos de vista, a enseñarle que somos los únicos que tenemos la razón, es muy probable que nuestros hijos crezcan en un ambiente de conflicto.
Los seres humanos en sus etapas mas tempranas, eran mas salvajes e ignorantes, pero con el pasar de los años se ha ido madurando. Solo hasta hace algunos años, se vino a reconocer los derechos de la mujer, de los niños, la libertad de culto y la igualdad de las razas, eso no hace mucho que sucedió, y es por eso que hay gente que todavía no se ha adaptado a estas ideas. Con esto de la globalización y el internet, hemos podido estar de cerca a otras culturas, conocer sus puntos de vista, y ampliar nuestra percepción de la realidad.
Todo lo que nos ha heredado la cultura, la educación, nuestros padres; forma parte de nuestras creencias. Creemos que debemos expresarnos de cierta manera, seguir ciertas costumbres, tener ciertos propósitos en la vida… y esto es algo que para bien o para mal nos lleva en un sentido u otro. Si lo que nos han dicho nuestros padres, o en lo que nos han educado esta errado, entonces esto será causa de muchas malas decisiones en nuestra vida, y lo más probable es que no tengamos idea de porque sucedió.
Vemos la realidad a partir de nuestros intereses particulares.
Con esto de los puntos de vista, el problema que siempre a estado detrás, es y será, los intereses personales. Son nuestros deseos y nuestras emociones, las que acomodan la forma de ver las cosas. Nos colocamos en un bando, según nos perjudique o nos beneficie.
Es de ese modo, por citar un ejemplo; aquel que esta acostumbrado a la rumba le parecerá un atropello que las discotecas las cierren a las 12 de la noche, mientras que el hombre de edad que vive al lado, y que solo quiere dormir, le parece que es una medida que protege sus derechos y además pensara que es por el bien de la gente, ya que se promueve menos vicios, y conflictos. Otro ejemplo lo podemos trasladar a los negocios; un hombre local y todos los que lo aprecian, podrían pensar que traer productos de otras partes es ahogar el crecimiento de las empresas locales, y generará desempleo entre los que dependen de esto, mientras que el empresario y ciertos consumidores pensarían que traer productos de otras partes, es la oportunidad de tener precios más competitivos, otras calidades y sabores. Estos son solo un par de ejemplo que espero ilustren acerca de como nuestros intereses particulares condicionan nuestra visión, nuestro punto de vista.
En nuestro diario vivir, cada decisión que tomamos y la forma en que vemos las cosas, esta condicionada por un interés personal, por un temor o por una emoción. Aprender a identificar estas emociones que alimentan nuestros puntos de vista es importante ya que suelen ser a veces perjudiciales. Por ejemplo, podemos ser el jefe en una empresa y con el fin de ahorrar costos y generar nuevas inversiones para nuestra empresa, podemos olvidarnos de los privilegios de los empleados, generando así, resentimiento entre ellos. Por otra parte siendo empleados, el generar levantamientos a fin de que se cumpla al pie de la letra todos nuestros derechos, pueden por terminar quebrando la empresa. Al tener los puntos de vista desde nuestro interés, nos volvemos inflexibles ante las necesidades del otro, lo cual genera enormes desacuerdos entre las personas.
Nuestro cerebro trata de confirmar aquello en lo que ya creemos.
Cada cosa que percibimos la tratamos de encajar en lo que ya creemos, de este modo, siempre se ve una realidad; la nuestra. Por ejemplo, un hombre adoctrinado en la moral y los preconceptos fatalistas, se indignaría cada día ante la descomposición social, y lo mal que va el mundo. Cada día que se levante lo único que haría es confirmar esa idea. Al prender las noticias, escucharía de unos nuevos muertos, de violaciones y atracos. Al llegar a su trabajo ve la injusticia de sus empleadores y de como estos atropellan al trabajador. Llegaría a su casa y solo encontraría infidelidad de su esposa y unos niños rebeldes. Esa es la única realidad que el ve, esta convencido de ello, y muy seguramente tratará de convencer a otros.
Pero existe otra realidad que el no es capaz de ver. Como sus ojos ya están programados para ver la descomposición social, entonces le será difícil ver las cosas de otro modo, y cada día que pase, se convencerá mas de su realidad. Esto le impedirá ver que quizás tantas noticias malas en la prensa, es debido en parte a la capacidad de cobertura que tienen los medios, y también a los sensacionalistas que suelen ser al escoger las noticias, desde el punto de vista de los editores de noticias, esto es lo que vende. El atropello en su empresa, puede ser un complejo de victima, y también a la mucha competencia que tiene la empresa, que hace que muchas veces tenga que sacrificar privilegios de los empleados. Respecto a los problemas con su familia, puede deberse a que su esposa no lo aguanta, y decidió conseguirse otro, y los hijos rebeldes surgieron a partir de tantas discusiones de sus padres.
Esto mismo se aplica a todo. El hombre de fe, vera en cada esquina una manifestación de la divinidad, mientras que el ateo cada realidad que vive le confirma la ausencia de esta. El vanidoso creerá que cada persona que le habla, le alaba, mientras el que carece de confianza en si mismo creerá que se burlan de el. El hombre violento, vera una amenaza en cada esquina, mientras que el oprimido, vera falta de oportunidades por todos lados. Esto se debe a la tendencia en nuestra mente a sentir simpatía por lo que ya pensamos y a rechazar aquello que nos es contrario. Por lo que nuestros ojos solo estarán ubicados y alertas a lo que confirme y simpatice con lo que creemos. Esto hace difícil que entremos en contacto con otras realidades, de esa manera nuestra nivel de consciencia, nuestra capacidad de aprender, se estanca. Nadie puede aprender algo nuevo, si lo que hace es alimentar sus propios condicionamientos.
Conclusión.
Conocer este tema es algo vital para nuestra vida, ya que es de aquí donde surgen nuestras decisiones. Nuestros paradigmas son resortes internos que nos mueven en una dirección u otra, y saber cuales son, ayudara a que los modifiquemos. Nos faltaría entonces aprender a identificar los paradigmas que puedan perjudicar nuestra vida, y como se forman nuestras decisiones; pero es algo que trataremos en próximas publicaciones, para evitar hacer este articulo muy largo.
Extraído del blog "Descubre tu Subconsciente
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