Una empresa familiar no es solo la bodega de la esquina. Esa unidad de negocio se puede convertir en una compañía de gran tamaño y de gran importancia económica en su país de origen, como sucedió con la norteamericana Wal-Mart, con la española El Corte Inglés o con las peruanas Kola Real, Wong, Topy Top, entre muchas otras.
David Wong, especialista en negocios familiares de la Universidad del Pacífico, afirma que las empresas de este tipo tienen la ventaja de planificar sus inversiones con un horizonte de largo plazo, situación que las ayudará a ingresar a negocios más sofisticados o a mercados más exigentes.
Otro factor a favor es el conocimiento del negocio que, con el tiempo, van adquiriendo los miembros de la familia. En hogares donde hay una fuerte tradición, señala el experto, los hijos se sienten comprometidos a continuar con lo alcanzado por sus padres, pues además ya tienen las conexiones y la experiencia que aprendieron desde muy pequeños.
Por ejemplo, señala Wong, el hijo de la dueña de Platanitos ha estudiado en una de las mejores universidades de Estados Unidos, pero ha decidido continuar en el Perú con la empresa.
Un negocio familiar aminora los costos. “Hay menos probabilidad de que un pariente te estafe. No digo que no pueda suceder, pero se reduce el riesgo. También se pueden acordar préstamos de dinero sin intereses. En Gamarra hay familiares que trabajan sin salario”, comenta.
Aquilino Flores, fundador de Topy Top, empezó lavando autos. Su hermano le prestó un dinero. Hoy, esta emblemática empresa textil factura US$300 millones al año.
Sin embargo, Wong recomienda tener cuidado con los conflictos internos, pues pueden llegar a causar el cierre de la empresa. “Hay que mejorar la comunicación”, dice.
Por Rudy Palma
Perú 21.pe
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